Los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus socios postergaron hasta esta jornada su decisión sobre el nivel de producción que se obtendrá en febrero, después de tres horas de discusiones por videoconferencia y no llegar a acuerdos.
Las discusiones de ayer estuvieron marcadas por la prudencia saudita en cuanto a la cantidad de crudo que sacarán al mercado mundial el próximo mes.
“Quiero recomendar prudencia (…) pues la demanda de carburante para el sector del transporte, en especial en la aviación, es particularmente frágil (…). No pongamos en peligro todo lo que hemos realizado por un beneficio inmediato, pero ilusorio”, declaró el ministro saudita de Energía, Abdelaziz bin Salmán, durante una conferencia de prensa virtual antes de la cita.
Estos comentarios apuntan a un mantenimiento de los recortes actuales en febrero, una posición de espera que muchos analistas atribuyen al líder del cártel desde hace varios días, y que contrasta con el frente dirigido por Rusia, más favorable a aumentar la producción.
El objetivo de los productores reunidos es, ante todo, ajustar la oferta de crudo a una demanda hundida por la pandemia y cuya recuperación es incierta.
La frecuencia de sus reuniones se aceleró bajo los efectos de la crisis sanitaria y los daños que está asestando la propagación de la Covid a la economía mundial.
El último ciclo de encuentros, organizados entre el 30 de noviembre y el 3 de diciembre, había abierto la vía a una vuelta progresiva a los dos millones de barriles por día en el mercado durante los próximos meses, señaló el secretario general de la OPEP, Mohammed Barkindo.